Etapa corta, llana y de transición. Si estoy fuera una gran carrera ciclista hoy estaríamos condenados a un sprint masivo.
La verdad es que podría haber planteado un trayecto bastante más largo. Por ejemplo, una etapa de 125km hasta Astorga habría sido perfectamente viable habida cuenta de la nula dificultad del recorrido (como veis, el temor de los primeros días a las distancias largas ya está superado). Sin embargo, hoy tengo un bendito condicionante: anoche hablé por teléfono con Félix, un antiguo amigo del colegio que se casó recientemente, y que reside con su esposa en León. Me ha invitado a pasar la noche en su nueva casa y he aceptado gustoso su hospitalidad.
De camino a la ermita de la Virgen del Puente (Sahagún) |
Algo que, por otra parte, se está empezando a convertir en un hábito.
Sahagún, "Centro del Camino", ofrece un buen puñado de atractivos monumentales. En la foto, el crucero y el puente sobre el río Cea |
¿Quién dijo que Castilla era amarilla? |
En el Burgo Ranero he presenciado una curiosa escena: un bicigrino japonés se estaba zampando un bocata de chorizo de medio metro de largo. El hombre llevaba un mochiloncio que debía pesar una burrada. He intentado entablar conversación con él, pero no sé japonés. Así que nos hemos limitado a sonreir y a hablar por señas: "mochila grande" -risas- "bocata grande" -risas- "que aproveche" -cara de no te entiendo- "hala, pues hasta luego" -risas.
Frente la catedral de León |
A partir de Mansilla el recorrido es menos plácido. De hecho, me atrevo a decir que la llegada a León es el tramo más feo del Camino, puesto que nos vemos obligados a rodar por una carretera con bastante tráfico, cruzando el estrecho puente de Villarente entre camiones y autobuses.
Por fortuna, tras unos pocos kilómetros nos desviamos por una pista que nos lleva por Alcahueja y Valdelafuente hasta el Alto del Portillo.
Lo de "alto" debe ser por decir algo, porque la subida apenas presenta dificultad (menos de cuatro kilómetros con una pendiente media inferior al 2%). En realidad, toda la dureza se reduce a una rampa empinada a la altura de Alcahueja. El último tramo de la subida consiste en tres rampas escalonadas con tramos llanos entre medias. Tras superarlo cruzamos la carretera por un paso elevado y obtenemos como recompensa una bonita vista de la capital leonesa.
A partir de aquí toca buscar flechas amarillas por las calles de la ciudad. La catedral espera.